Metodologías activas, orígenes, beneficios, dificultades…

Si tienes hijos/as en edad escolar o eres docente, es probable que hayas escuchado términos como “Aprendizaje Basado en Proyectos” o “Gamificación”.

Pero, ¿qué significan realmente estos conceptos y cómo pueden beneficiar a nuestros niños/as? En este artículo, vamos a desglosar algunos de estos enfoques de enseñanza y aprenderemos cómo pueden ayudar a desarrollar habilidades sociales y un espíritu emprendedor.

Metodologías antiguas, pero siempre nuevas

Primero, es crucial entender que, aunque las llamen metodologías activas, muchas de estas técnicas tienen una larga historia. Lo que es “nuevo” aquí es cómo las estamos aplicando en el mundo moderno, a menudo con la ayuda de la tecnología.

Estas metodologías han resurgido porque se adaptan muy bien a las necesidades actuales: preparar a los más jóvenes para un futuro incierto, donde las habilidades como el pensamiento crítico y la creatividad serán fundamentales.

3 Metodologías activas que debes conocer

El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es un enfoque educativo en el que los estudiantes trabajan juntos para resolver problemas del mundo real, algo así como mini proyectos de investigación o misiones. Esta forma de enseñanza no es nueva; de hecho, tiene sus raíces en ideas pedagógicas que han existido desde hace bastante tiempo.

¿Por qué es genial para los niños/as? Primero, les ayuda a pensar de manera crítica y a resolver problemas. Además, al trabajar en grupos, aprenden a comunicarse y colaborar, lo cual es excelente para hacer amigos y aprender a trabajar en equipo.

Ahora bien, no es fácil de implementar. Los profesores tienen que planificar mucho y encontrar la forma de evaluar a cada alumno/a, incluso cuando trabajan en grupos. Pero aquí viene lo mejor: este enfoque no solo hace que los niños/as puedan aplicar su aprendizaje a contextos reales, sino que también les enseña a tener un espíritu emprendedor. Aprenden a tomar la iniciativa, a gestionar recursos y a llevar un proyecto de inicio a fin, habilidades que les serán muy útiles en el futuro.

El Aprendizaje Cooperativo es un método de enseñanza donde los niños/as se agrupan para aprender juntos y se ha popularizado gracias a expertos como Robert Slavin y Roger Johnson. Este enfoque enseña a trabajar en equipo y a compartir responsabilidades, lo cual es una excelente forma de mejorar sus habilidades sociales.

Cada niño/a aporta su granito de arena al proyecto, lo que ayuda a todos a aprender y crecer juntos. Pero también hay desafíos, como asegurarse de que todos en el grupo contribuyan de manera equitativa y que el profesor pueda manejar varios de estos grupos a la vez.

Lo más emocionante es que estas habilidades de trabajo en equipo no solo son buenas para la escuela, sino que también preparan a los niños/as para el mundo profesional.

Aprenden a liderar grupos pequeños y a trabajar juntos para alcanzar un objetivo, que son habilidades clave su día a día; ya sea en casa, en la escuela, en una empresa o en sus propios proyectos.

La Gamificación es un enfoque educativo más nuevo que utiliza elementos de los videojuegos para hacer que aprender sea más divertido e interesante.

Imagina aprender matemáticas o historia a través de un juego; suena emocionante, ¿verdad? Y lo es, porque los ayuda a mantenerse enfocados y emocionados por aprender. Los juegos en grupo también les enseñan a trabajar juntos, lo que es excelente para mejorar sus habilidades sociales.

Pero no todo es juego; los niños/as también practican cómo resolver problemas y tomar decisiones. Sin embargo, hay algunos desafíos. Por ejemplo, los juegos deben estar bien diseñados para asegurarse de que realmente aprendan y no solo busquen ganar puntos o recompensas.

En definitiva, es una estrategia que aprovecha la ludificación para mejorar la motivación y el compromiso de los estudiantes.

En resumen…

Las metodologías activas ofrecen una forma emocionante y, a menudo, más efectiva de aprender que pone a los estudiantes en el centro del proceso educativo. Más allá de los beneficios académicos, estos métodos pueden desempeñar un papel vital en el desarrollo de habilidades sociales y un espíritu emprendedor, habilidades esenciales para el mundo de hoy.

Entonces, si estás pensando en cómo la educación de tus hijos/as o alumnado podría ser más interactiva, significativa y adaptada a las necesidades del siglo XXI, vale la pena conocer proyectos que puedan colaborar con tu Centro Educativo como el Programa de Emprendimiento y Desarrollo Personal Infantil/ Juvenil. ¡Trabajemos juntos en este desafío! Los beneficios a medio y largo plazo para nuestros hijos/as y alumnado será clave para su desarrollo.

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